Al contrario que ocurre en los vinos tintos, la fermentación de las uvas blancas se hace en ausencia de sus hollejos. Esto es así normalmente porque en esta parte de la uva es donde está la materia colorante y lo que genera sensación de estructura en el tinto. Pero, ¿qué ocurre si este contacto entre hollejo y mosto se produce en elaboraciones blancas? Obtendremos lo que se conoce internacionalmente como un Orange Wine por su color. A esta forma de elaborar, más tradicional de lo que nos pensamos, se le denomina con diversos términos según la zona: brisados (Cataluña), embabujados (Zamora)… Lo que hoy es tendencia, sobre todo en ámbitos gastronómicos muy concretos, hace siglos era necesidad debido a las limitaciones tecnológicas del momento.